Durante una reciente audiencia ante el Comité de Servicios Financieros de la Cámara, el Congresista Tom Emmer criticó fuertemente al presidente de la SEC, Gary Gensler, caracterizándolo como el presidente más destructivo y sin ley en la historia de la agencia, que abarca casi un siglo. Los comentarios de Emmer se centraron en la introducción por parte de Gensler del término «seguridad de activos criptográficos», que él argumentó carece de una base legal y ha resultado en una estrategia de aplicación agresiva contra el sector de las criptomonedas. Señaló que este término arbitrario ha impulsado acciones regulatorias durante tres años, solo para ser retractado por abogados de la SEC en una reciente nota al pie de un fallo judicial.
Emmer cuestionó además a Gensler sobre la gestión de la SEC en el caso Debt Box, una disputa legal que involucra alegaciones de un esquema de fraude de 50 millones de dólares vinculado a una startup de criptomonedas. La SEC perdió posteriormente el caso, siendo ordenada a pagar 1.8 millones de dólares en honorarios, lo que llevó a Emmer a afirmar que los abogados de la agencia habían tergiversado hechos para alinearse con la posición anti-cripto de Gensler. En respuesta, Gensler admitió que el manejo de este caso fue deficiente.
Gensler también enfrentó un escrutinio desde dentro de la SEC, ya que la Comisionada Hester Peirce comentó sobre la necesidad de retractar el término «seguridad de activos criptográficos» mucho antes. Ella indicó que había falta de claridad y precisión en el lenguaje regulatorio, y reconoció que la SEC debería haber reconocido que muchos tokens criptográficos no califican como valores. Peirce destacó que, si bien la participación del Congreso podría mejorar las definiciones regulatorias, la propia agencia había evitado proporcionar las pautas necesarias hasta ahora.
En medio de llamados de 42 legisladores para eliminar el Boletín de Contabilidad del Personal No. 121 de la SEC, Gensler mantuvo que la regulación permanecería en vigor. La norma requiere que las entidades que informan a la SEC y que manejan criptomonedas clasifiquen esos activos como pasivos en sus balances. Críticos, incluidos el Representante Wiley Nickel, argumentan que esta regulación obstaculiza la seguridad de los activos digitales y limita la capacidad de los bancos de EE. UU. para gestionar productos intercambiados en bolsa relacionados con criptomonedas, lo que podría aumentar el riesgo general.