El par de divisas EUR/USD continúa experimentando presión a la baja, cotizando por debajo del nivel 1.0950 por cuarto día consecutivo. Durante la sesión de negociación asiática del lunes, se mantuvo alrededor de 1.0920. Esta tendencia bajista se atribuye en gran medida a una combinación de un dólar estadounidense más fuerte y un sentimiento averso al riesgo predominante entre los inversores. Las crecientes tensiones geopolíticas, particularmente relacionadas con los conflictos en Oriente Medio y las actividades militares en curso entre China y Taiwán, han intensificado las ansiedades del mercado, lo que ha llevado a un aumento en la demanda de activos más seguros como el dólar estadounidense.
A medida que aumentan las preocupaciones sobre los ejercicios militares llevados a cabo por el Ejército de Liberación del Pueblo en el Estrecho de Taiwán, funcionarios del gobierno de EE. UU. han expresado serias inquietudes. EE. UU. está monitoreando de cerca las acciones de China y está coordinando con socios internacionales sobre estos desarrollos. Las tensiones geopolíticas aumentadas suelen llevar a los inversores hacia divisas refugio, lo que ejerce aún más presión a la baja sobre el Euro.
Los participantes del mercado están anticipando cada vez más una reducción de 25 puntos básicos en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal en noviembre. Este sentimiento sigue a la publicación del Índice de Precios al Productor de EE. UU. el pasado viernes, que influyó en las expectativas de los traders sobre ajustes en la política monetaria. Según datos recientes, hay una probabilidad de casi el 87% para esta reducción de tasas, un aumento notable respecto a las proyecciones anteriores de alrededor del 83%.
Mientras tanto, la Eurozona enfrenta sus propios desafíos. Se prevé que el Banco Central Europeo reduzca aún más las tasas de interés en las próximas reuniones a medida que la región lucha con una disminución de la inflación más rápida de lo anticipado y una recuperación económica lenta. La perspectiva dovish del BCE añade presión al Euro, contribuyendo a su reciente declive frente al dólar estadounidense. En general, estos factores indican un entorno desafiante para el Euro, ya que el dólar sigue siendo la opción preferida entre los inversores en el clima actual.