Las autoridades escocesas han hecho historia al incautar 23.5 Bitcoin en conexión con un robo de 2020 que sorprendió a la comunidad. El incidente ocurrió cerca de Glasgow e involucró a tres hombres que ejecutaron una invasión domiciliaria, armados con un machete y una barra de Toblerone, lo que llevó a un altercado violento con las víctimas. Este caso marca un desarrollo significativo en el enfoque de Escocia para tratar con las criptomonedas en actividades delictivas.
En un primer caso legal, los fiscales utilizaron la legislación sobre los productos del crimen para convertir el Bitcoin robado en efectivo, totalizando aproximadamente £109,601, equivalente a alrededor de $144,017. Esta valoración refleja el valor del Bitcoin en el momento del robo en marzo de 2020, cuando la criptomoneda se negoció a aproximadamente $5,400. La decisión llegó después de un fallo reciente en el Tribunal Superior de Edimburgo.
Los detalles del caso revelan la naturaleza caótica del robo. Una de las víctimas fue agredida y amenazada, obligada a transferir Bitcoin mientras era confrontada con un machete. Los agresores infligieron daño físico, y el uso de un Toblerone en el ataque dejó una impresión duradera en el tribunal. La complejidad de este caso fue subrayada por la naturaleza digital del crimen, ya que involucró el rastreo de criptomonedas robadas por primera vez en Escocia.
John Ross Rennie, identificado como el cerebro detrás de la operación, fue condenado por posesión de bienes robados y recibió una sentencia de 150 horas de trabajo comunitario junto con una orden de supervisión de seis meses. Rennie afirmó que fue coaccionado por un familiar para facilitar la transferencia de Bitcoin , pero el tribunal señaló su papel crucial en instruir a otros sobre la transacción de criptomonedas. Este caso no solo destaca el paisaje en evolución del crimen, sino que también plantea cuestiones sobre la intersección de los métodos delictivos tradicionales y las finanzas digitales modernas.