La reciente disminución en los precios del petróleo West Texas Intermediate (WTI) se puede atribuir a una respuesta decepcionante a las últimas medidas económicas de China. A medida que los inversores expresaron su preocupación por la adecuación de un nuevo paquete de deuda anunciado de 10 billones de yuanes, las previsiones de demanda de petróleo se asemejaron a los indicadores económicos debilitantes del mayor consumidor de petróleo del mundo. Esta caída ha visto al WTI comerciarse alrededor de $69.90 por barril durante el comercio asiático el lunes, marcando una disminución continua por segundo día consecutivo.
El reciente paquete de deuda de China, destinado a aliviar las presiones financieras sobre los gobiernos locales y fomentar el crecimiento económico, no incluyó iniciativas de estímulo directo. Esto ha dejado a los analistas cautelosos, especialmente a la luz de los decepcionantes datos económicos publicados el sábado. Además, el índice de precios al consumidor (IPC) indicó un modesto aumento del 0.3% interanual en octubre, por debajo de las expectativas y menor que la cifra del mes anterior. Además, el IPC mensual registró una disminución más significativa de lo anticipado, revelando preocupaciones continuas sobre la deflación a pesar de los esfuerzos de estímulo anteriores.
Además del contexto económico en China, la mitigación de los temores sobre la interrupción del suministro relacionada con la tormenta Rafael en el Golfo de México ha contribuido a la caída de los precios del petróleo. Aunque la tormenta interrumpió inicialmente una porción notable de la producción de petróleo y gas natural en el Golfo, esas preocupaciones han disminuido desde entonces. Los informes indicaron que más de un cuarto de la producción de petróleo y el 16% de la producción de gas natural permanecieron fuera de línea durante el pico de la tormenta, pero la situación se está estabilizando.
Mirando hacia adelante, los precios del petróleo crudo pueden experimentar un repunte gracias a un posible endurecimiento de las sanciones a los miembros de OPEC+, particularmente a Irán y Venezuela. Este movimiento podría reducir efectivamente la oferta de petróleo en el mercado. Además, la robusta demanda de las refinerías estadounidenses, con capacidades operativas proyectadas para superar el 90% en medio de inventarios en disminución, también puede proporcionar apoyo para los precios del petróleo crudo en el futuro cercano.